Instalar paneles solares en casa o en tu empresa es una excelente forma de ahorrar en la factura eléctrica y contribuir a un modelo energético más sostenible. Pero para que ese sistema funcione de manera eficiente durante muchos años, no basta con instalarlo y olvidarse. ¡El mantenimiento es fundamental!
Aunque las instalaciones solares requieren poco mantenimiento, hay ciertos errores en el mantenimiento de las placas solares que pueden reducir su rendimiento e incluso acortar su vida útil. La buena noticia es que la mayoría de estos fallos son fáciles de prevenir con una buena planificación y un poco de atención.
Errores en el mantenimiento de las placas solares
En este artículo queremos repasar los errores más comunes que se cometen en el mantenimiento de las instalaciones fotovoltaica y te damos consejos prácticos para evitarlos. ¡Toma nota!
1. No limpiar los paneles con la frecuencia adecuada
Uno de los errores en el mantenimiento de las placas solares más habituales es descuidar la limpieza. Con el tiempo, los paneles acumulan polvo, polen, hojas, excrementos de aves o contaminación ambiental. Todo esto crea una película sobre la superficie que reduce la cantidad de luz solar que llega a las células fotovoltaicas.
Aunque las lluvias ayudan a mantenerlos limpios, no siempre son suficientes, sobre todo si vives en una zona seca, cerca del mar, de zonas agrícolas o con alta polución.
¿Qué puedes hacer?
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Revisa visualmente los paneles cada cierto tiempo.
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Si ves suciedad acumulada, realiza una limpieza suave con agua y una esponja blanda.
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Evita productos abrasivos o detergentes fuertes.
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En instalaciones grandes o de difícil acceso, lo mejor es contar con un servicio profesional.
2. Olvidarse del inversor: el “cerebro” del sistema
El inversor es una de las piezas clave en cualquier instalación fotovoltaica: convierte la energía generada por los paneles (corriente continua) en electricidad utilizable en el hogar (corriente alterna). Sin él, el sistema no funciona.
Muchos propietarios se centran en los paneles y descuidan revisar el inversor, cuando es el componente más propenso a fallar con el paso del tiempo.
¿Qué debes hacer?
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Verifica que el inversor muestra el estado correcto (habitualmente con luces verdes o mensajes en pantalla).
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Escucha si hace ruidos inusuales o se calienta más de lo normal.
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Programa revisiones periódicas con un instalador acreditado.
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Ten en cuenta que su vida útil es menor que la de los paneles (10-15 años), así que planifica su sustitución llegado el momento.
3. Ignorar sombras nuevas en el tejado
Puede que cuando instalaste tus placas solares no hubiera ninguna sombra afectando la producción, pero eso puede cambiar con el tiempo: un árbol que ha crecido, una nueva chimenea o incluso un edificio cercano pueden empezar a proyectar sombras sobre tus paneles.
Las sombras no solo reducen la producción de la parte afectada, sino que también pueden afectar al resto del sistema si no está optimizado para trabajar en condiciones variables.
¿Cómo prevenirlo?
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Observa el tejado a lo largo del año y en distintas horas del día.
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Si detectas nuevas sombras, contacta con tu instalador para ver si se puede reconfigurar la instalación.
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Los microinversores u optimizadores de potencia ayudan a minimizar el impacto de sombras parciales.
4. No revisar la producción eléctrica regularmente
Muchas personas instalan su sistema y se olvidan de comprobar si sigue funcionando correctamente. Esto puede hacer que no detecten problemas hasta que ya llevan meses produciendo menos energía de la esperada.
Uno de los errores en el mantenimiento de las placas solares más fáciles de evitar es no revisar los datos de producción.
¿Qué te recomendamos?
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Utiliza la app o portal online que te proporciona tu instalador para seguir el rendimiento diario, mensual y anual.
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Compara los datos con los meses anteriores o con años anteriores en la misma época.
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Si notas bajadas prolongadas sin una causa evidente (como mal tiempo o invierno), contacta con tu proveedor para una revisión técnica.
5. Dejar pasar años sin una revisión profesional
Aunque una instalación solar requiere poco mantenimiento, no significa que no necesite ningún control profesional. Pasar años sin una revisión técnica puede suponer que pequeños problemas pasen desapercibidos hasta convertirse en averías más graves o costosas.
Lo ideal es:
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Hacer una revisión completa cada 2 o 3 años.
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Comprobar conexiones, estructuras, cableado y estado general de todos los componentes.
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Verificar que no hay zonas con sobrecalentamiento o pérdida de eficiencia.
Una visita técnica periódica asegura que todo está funcionando como debe y te da tranquilidad a largo plazo.
Evitar estos errores en el mantenimiento de las placas solares puede marcar la diferencia entre una instalación eficiente y duradera… y una que pierda rendimiento año tras año sin que te des cuenta.
Con pequeños gestos como revisar el inversor, limpiar los paneles regularmente o vigilar las sombras, puedes asegurarte de que tu sistema solar siga ahorrándote dinero y cuidando del planeta durante décadas.
En Fersan te ayudamos no solo a instalar, sino a sacar el máximo partido a tu sistema fotovoltaico. Si tienes dudas sobre el estado de tus placas o quieres una revisión profesional, estamos a tu disposición.